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  1. Si por alguna razón estúpida tuviera que quedarme con una sola parte del día, sería la mañana, lo cual sería también una decisión estúpida porque siempre me despierto tarde y prácticamente no la disfruto… Pero en las mañanas están los desayunos, y una vida sin desayunos no vale la pena vivirse.

    Piénselo, es difícil despertarse muy amargado, de hecho, lo más común es despertarse contento y que los acontecimientos del día vayan variándole el humor a uno. Además, si uno no vive de la profesión más antigua del mundo, es probable que casi siempre despiertes en el mismo lugar, bajo condiciones parecidas, mientras que la tarde o la noche pueden terminar en planes inesperados, con almuerzos y cenas sorpresivas que tal vez sean divertidas o tal vez no, a lo mejor buenas pero a lo peor no, quien sabe. Por eso, la única comida sobre la cual puedes tener una garantía de disfrute relajado, sin muchos problemas en la cabeza, es el desayuno.

    Cuando estás de viaje ese sentimiento se multiplica porque todas las mañanas te levantas sabiendo que conocerás lugares, gente y cosas nuevas. Sin importar lo bien planeada que tengas tu visita, las sorpresas son parte intrínseca de cualquier viaje. Sino estas abierto a ser sorprendido, a ser impresionado por lo que veas, puedes garantizarte un viaje aburrido y, como dice mi amigo Diego, en ese sentido, el desayuno gana aún más puntos: es la primera cosa realmente nueva que sueles hacer cada día de tu viaje, dejándote sorprender por la cocina local y permitiéndote quedar boquiabierto (para bien o para mal) por lo que el lugar tiene para ofrecerte.

    Por ejemplo, en nuestra primera mañana en Paris Ana y yo ya estábamos un poco desbancadas (y este era el primer punto de nuestro viaje, gracias), por lo que optamos por una opción popular y barata, una "crep" en un puesto de la calle. Crepe: masa delgada de apariencia enclenque e inofensiva, bastante popular en todo el mundo; ambas la habíamos comido antes y no esperábamos nada nuevo. Aaaaah pero no, yo no pude resistir la tentación de echármelas con mi súper francés (y con súper francés me refiero al primer nivel de la Alianza Francesa) y cuando Ana preguntó: “que significa Oeuf?”, yo salí de sabionda: “huevos amiga, por su puesto, ¡Huevos! Qué buena idea, para el desayuno!!!”

    Saquen sus libretas y tomen una nota que a mí me habría gustado tener: “crepe de oeuf pour le petite dejourne: NO, Merci, no”. Vaya usted a saber porque nosotras, en nuestra criollísima mente, imaginamos una crepe rellena de perico, o de revoltillo en el peor de los casos, pero cuando lo que tienes en el bolsillo son 2 euros lo que obtienes se prepara frente a ti de la siguiente manera: El cocinero saca la masa líquida, la vierte sobre la plancha (como las cachapas), saca 1 huevo, lo parte en una esquina de la tabla, lo echa sobre la masa de tu crepe que aun no está muy cocinada y lo riega con una paleta por encima, inmediatamente la enrolla, la echa en un plato y te la entrega. Listo. El huevo y la masa acaban de ser unidos en el matrimonio más desabrido de la historia culinaria, y tú no solo tienes que ver con horror la boda sino comerte a la pareja.

    Pero bueno, de todo se aprende y de allí en adelante pretendí no conocer la palabra oeuf durante el tiempo que nos quedó en Francia. En Estados Unidos, por otra parte, las probabilidades están de tu lado porque estos panas, sino son los inventores originales del desayuno, al menos se llevan el mérito de haberlo perfeccionado, por eso creo que el estado de Colorado se ganó un resumen de los lindos desayunos con los que me recibió.

    Lunes
    : un plato de frutas frescas y un jugo de naranja (era el primer día, bastante engañada pretendí poder llevar una dieta saludable… Pobre, quería luchar contra lo inluchable)

    Martes: inocentemente pedí “a blueberry pancake, please”, pero tal vez mi inglés no es tan bueno porque al parece la señorita entendió “everything you have back there maaan” y trajo un plato de 3 panquecas gigante de masa blanca con manchas moradas (por las frutillas) y con una salsita también de blueberrys. Yo no me considero fanática del American Way of Life pero esa salsita sola podía haberme convencido de mudarme para acá sin hacer muchas preguntas. De hecho, si algún representante gubernamental está leyendo esto (sí, claro) propongo convertir a esa salsita en la nueva embajadora turística de los Estados Unidos, el Rubén Blades de sus tierras.

    Bueno, el plato también incluía una bola gigante blanca de algún tipo de mantequilla/grasa que comen aquí pero que sólo me atreví a probar y no a comer. Yo tuve bastante suerte con mi plato, el de mi tía trajo papas, sí, papas, uno de los tantos riesgos de la comida gringa, carbohidratos sorpresas.

    Miércoles: un blueberry muffing y un vaso de leche (sí, me gusta mucho la masa con blueberrys)

    Jueves: Starbucks time (Albert y Paulina sonríen) Mis sentimientos hacia Starbucks son encontrados pero en esta ocasión me tomé un “strawberrys and blueberrys parfait with granola” que estaba bastante, bastante bueno (y si lo están pensando, sí, tienen razón, tal vez lo de los blueberrys se me está yendo de las manos)

    Viernes: Estaba a punto de comerme un bagle (odio los bagles) de blueberry (Hola, soy Ariana y tengo un problema de adicción) cuando vimos que el hotel donde nos quedamos esa noche tenía una wafflera para hacer tus propios wafles y la verdad es que aún si los odiara no podía dejar la oportunidad de probar esa maquinilla.

    Resulta que el procedimiento es más sencillo de lo que parece. Tomas un pote de ambientador… Espera, no es ambientador, es aceite de cocina en spray, y rocías la wafflera; luego vas a la máquina de café… Espera, no es una máquina de café, es una máquina dispensadora de masa de waffle, llenas un vaso a la mitad… Espera… Ah no, eso sí es un vaso, y vacías la masa en la wafflera, la volteas y esperas 2 minutos a que suene una alarmita: lista tu comida. Esta delicia fue adornada con un queso philadelphia de bolsita portátil, gris, de aluminio, combinada con lo que abrí creyendo era mermelada de fresa pero resultó ser strawberry cream cheese, también de potesito portátil.

    Sábado: La máquina de waffles parece ser más común de lo que creía y este hotel también tiene una, creyéndome una experta me lance a prepararme otra pero no le eché suficiente masa… Entonces, mi waffle quemado de medio grosor, lo comí acompañado con un redondito de huevo. Sí, acabo de inventar ese término. Son como huevos revueltos preparados en una tostiarepa porque la cosa sale perfectamente redonda y bastante delgada. Yo a “eso” le eché mermelada de fresa y se lo puse encima a mi waffle. Que si esta gente inventa comidas, ¡yo también! Y me gusto.

    Domingo: Nos despertamos tarde, nos perdimos, los aviones nos esperaban… No hubo tiempo para desayunos. Ven, les dije que había que estar abiertos a las sorpresas.

    Hasta aquí este reporte. Ahora estoy en Texas y aun no he escrito nada sobre Colorado porque tengo demasiada información en la cabeza, así que tengo que esperar un poquitín (no a que la organice sino a que olvide algo, mi mente funciona como la de Kelly Bundy)
    Ari

    P.D. No, la palabra inluchable no existe, solo me pareció un término útil en ese momento, no vayas por allí repitiéndolo pues parecerás estúpido.

  2. Lo prometido es deuda y yo pago lo que debo, porque el que no paga es un criminal y el crimen no paga... Entonces paga para que te paguen, no?

    Aqui están algunas fotos de Denver, el resto las publicaré en un link que pondré aqui


    Denver es de colores

    Gente jugando ajedrez en la sixteen street


    Plaza finísima en alguna parte de Denver


    Estatua "perturbante" en la misma plaza

    Performing Arts Complex


    Plaza del Centro Cívico


    Uno de los edificios de la Bibliteca Pública de Denver, Centro Cívico

    Museo de Arte de Denver, Centro Cívico

    Cristina, chica cool de Denver (no, mentira, es mi prima, díganme si no es DEMASIADO cool)


  3. Denver

    Denver es una ciudad algo difícil de entender, tiene fama de pueblo de hippies y en cada esquina hay chicos de Greenpeace buscando voluntarios, pero a la vez es un súper punto comercial lleno de oficinas y gente en trajes. Pero bueno, empecemos por el comienzo, ¿qué hace una venezolana en Denver, en pleno verano? Sencillo, asistir a la Conferencia Anual de la AAPG. Sí ¡Adivinaron! La Asociación Americana de Geólogos Petroleros.

    Es en serio.

    Mi tía es Química con especialización en Geoquímica y mi tío es Ingeniero Geólogo, smart people, como los llaman. Así que cuando se enteraron de que vendrían a Denver a la conferencia, decidieron invitarme para conocer la ciudad con ellos.

    Antes de hablar de la ciudad debo mencionar la Conferencia. ¿Ven la serie “The Big Bang Theory”? Pues aquí yo era la rubia, sin duda. La diferencia es que sería un poco más inteligente (ay por favor, denme algo de crédito) y los chicos serían igual de geeks pero bastante, MUCHO, muchiiiisimo, más bellos. Ese es otro asunto sobre este estado: aquí no hacen hombres feos, y si los hacen los mandarán a Alaska o a Hawaii pero de Colorado los sacan. Bueno, al final eso es relativo, supongo que es cuestión de gustos y no a todos le gustarán los hombres altos, delgados, rubios, de ojos azules y las caras icónicas de la belleza occidental del último siglo… No, así que no debería generalizar.

    En todo caso, a las que 2 párrafos más arriba se rieron de mi: no rían, busquen cuando es la próxima conferencia ¡Y compren sus pasajes! Porque cuando un hombre que se ve así te puede explicar cómo se formó el universo, las posibles soluciones para el calentamiento global o el descubrimiento que hizo en materia de explotación petrolera Y rescate de pingüinos salvajes: una tiene que preguntarse porque no vive en Denver. And Good Bless America.

    Bueno, pero a lo que vinimos: La ciudad. Afortunadamente nuestro hotel quedaba a una cuadra de la calle más importante, la 16th street. Este es el corazón del centro de Denver, y cuando digo centro ni se les ocurra pensar en el nuestro, ubíquense más bien en Chacao porque esta es la parte comercial, en donde están los edificios más altos y modernos. La calle no es muy larga, tendrá unas 8 cuadras y está llena de bares, restaurantes, tiendas de distintas cadenas, hoteles 5 estrellas y un centro comercial. No es una calle que valga la pena describir como en una guía turística, es una que de alguna forma hay que experimentar para entenderla. Así que vamos a intentarlo.

    Si eres venezolano probablemente asumas las calles como: lado derecho, acera derecha, carril de carros del lado derecho, carril de carros del lado izquierdo, acera izquierda, lado izquierdo. A esta calle, entre los dos carriles de los automóviles, tienes que agregarle una tercera acera muy grande, que va por el centro y en la que hay banquetas de colores brillantes y dibujos caricaturescos.

    Si en una noche de verano decidieras salir con tu chaquetita y sentarte en uno de estos bancos, no sólo verías a la gente paseando y comiendo en los restaurantes con terrazas que dan hacia la calle, sino a los autobuses gratuitos que durante todo el día recorren la calle en ambas direcciones y funcionan con hidrógeno y celdas de energía. Si te distrajeras y siguieras sentado hasta más tarde, probablemente verías a más de un jovencillo salir tambaleándose de algún bar y parando una de las carretitas que funcionan jaladas por otros jóvenes en sus bicicletas.

    También te llamarían la atención unas sillas lilas y amarillas, de metal, guardadas una sobre la otra y amarradas con una cadenita, y no entenderías sino hasta el día siguiente que son las sillas de los puestos de perro calientes, unos kioscos de lata, blancos y muy limpios, en los que la gente compra sus hot dogs y luego se sienta a comer disfrutando del ambiente.

    Durante todo este tiempo tal vez te habría sorprendido que, a pesar de la gente y el movimiento, la calma y el silencio no se alteran.

    Caminando la sixteen de día llegarías al Barrio Italiano, que no puede ser más distinto al resto de los barrios italianos del mundo. Olvídate de las luces rojas colgando frente a los restaurantes, de hecho, olvídate de los restaurantes, esta es una calla larga de pequeños edificios con muchas tiendesitas, heladerías, galerías y solo algunos restaurantes muy discretos. Mis tíos estaban emocionados porque, la noche anterior a mi llegada, allí había habido un festival artístico y varios graffiteros y pintores tomaron la calle para dibujar distintos diseños. Yo estaba emocionada, y orgullosa, porque esa misma noche habíamos tenido un evento mucho más imponente en Caracas: Por el Medio de la Calle.

    Si sigues caminando recorrerás un puente que atraviesa un río súper azul, un puente bajo el cual corren varias caminerías para patinadores, ciclistas y corredores. Frente a ti se levantará el campus de la Universidad de Colorado y si decides atravesarlo a pie: te cansarás. Si más bien decides ir por la izquierda, te conseguirás el Centro de Artes de Denver. El término “Wou” se queda corto para este lugar. Dos hombres algo extraterroidales, flacos, blancos (blanco yeso) y gigantes (gigante rascacielo), hechos de estatua, esperan afuera bailando, frente a un centro de 3 pisos que tiene varias salas para obras de teatro, conciertos, shows, etc.

    El Centro de Artes es el punto donde se compran las entradas para los conciertos en Red Rocks (si eres fanático de Incubus tienes idea de lo que hablo, sino: googlealo, vale la pena) También confieso que lloré un pelín por dentro cuando vi los anuncios de los conciertos de Death Cab for Cutie y de Diane Krall, en Julio, pero que se hace…

    Siguiendo el río hacia la otra dirección encontrarás zonas parecidas a esta, donde los pinos y el río protagonizan, y llegarás a la tienda de deportes más cool de la historia, un sitio que haría a Rosemerie llorar y en donde marcas como Columbia, The North Face y Patagonia se amontonan en la sección de “SALE”. (Lo siento Rose, tenía que decirlo) Colorado es como el estado de los deportes outdoors y a donde vayas verás gente en bicicleta, jugando frisbee o preparando el equipo para acampar o escalar.

    Luego tendrías que ser advertido sobre Santa Fe. Yo hice mi tarea y antes de viajar busqué en internet qué es lo que se debe hacer y conocer en Denver y literalmente conseguí lo siguiente: “Santa Fe es el distrito artístico de Denver con restaurantes, bares, galerías y mucho arte”, así que convencí a mis tíos, prima y a Rubén (amigo de la familia) para que fuéramos. Para llegar desde el centro hay que caminar que jode, vamos a hablar claro, lo único positivo de la caminata es como al salir del centro vas dejando atrás todas las torres altas y modernas y a medida que entras a la zona residencial todo se convierte en casas pequeñas y edificios bajos y largos, que parecen más clubs que complejos residenciales.

    Luego de esos edificios, la nada va apoderándose del paisaje... Y entonces llegaste a Santa Fe. Piensa en el tema clásico de las películas del lejano oeste, esa melodía que sólo se puede silvar y resulta muy difícil escribirla aquí, que sería algo como: fi ru ru ru ru…. Ru-ru-ru, bueno, ese sería un buen tema de bienvenida a Santa Fe, AKA El pueblo fantasma, en donde esas bolas que nunca he sabido de que son, como de polvo, del desierto, te pueden pasar por los lados en cualquier momento.

    En realidad en este lugar lo que hay son negocios cerrados, quebrados, y los que quedan abiertos tienen letreros hechos a mano en español. Además de eso sólo hay galerías de arte, sí, galerías de arte, una buena combinación de elementos. Más nada (aunque si me dices que también hay pandilleros te lo creo).

    Y finalmente, la zona más impactante de la ciudad, el Centro Cívico y su plaza. La plaza simula un anfiteatro griego y tiene unos 3 partenones inmensos, además de varias estatuas de héroes patrios. Está también la Alcaldía y luego aparece el Centro Cívico como tal, 4 edificios demasiado modernos, cada uno con diferentes diseños arquitectónicos que te dejan boquiabierto… Creo que aquí las fotos pueden hacer un trabajo descriptivo mejor que el mío. Estos edificios son la Biblioteca Pública y el Museo de Denver.

    Yo amo los museos de arte y me considero muy afortunada por haber podido conocer varios de los más importantes en el mundo, museos que aunque guardan las obras más famosas y significativas de la historia del arte, no tienen la personalidad, la chispa, LA VIDA, ni la capacidad pedagógica de este museo anónimo del centro de los Estados Unidos. Ellos se definen como un museo familiar y, además de tener una colección súper completa que incluye arte africano, asiático, precolombino, de Oceanía, indio americano, moderno, etc., busca incluir a la familia en todas esas secciones para realmente involucrarlas en lo que están viendo.

    Por ejemplo, en muchas partes tiene sillones con i pods y audífonos con info de las obras, más una libreta y bolígrafo para que anotes tu opinión sobre lo que estás viendo, luego esa hoja puedes llevártela o dejarla allí. O, en la parte más aburrida para los niños que es la de arte clásico, los panas tienen disfraces de la época para que unos se los pongan y los otros los dibujen. Tal vez suene a poca cosa, pero en un museo estos detalles pueden marcar una gran diferencia.

    Bueno, hasta aquí mi reporte de Denver, una ciudad bastante completa. Ahora estamos “on the road” recorriendo Colorado en carro, ya les contaré luego como nos va en esto.

    Abrazos y… Feliz cumpleaños a mi =) jajaja
    Ari

    Por cierto, me atrevo a recordar que un Centro Cívico es lo que la Alcaldía de Chacao quiere construir al lado del nuevo mercado, y en donde el Gobierno Nacional prefiere promover las invasiones. Mañana domingo es la consulta popular en donde podemos decidir cuál de esas dos ciudades queremos. Decidamos.

  4. Estados Unidos huele distinto. Siempre igual, siempre distinto al resto del mundo. No estoy segura de qué es lo que hace tan peculiar al asunto pero este país me huele a cotufas 24/7. En los centros comerciales, en los aeropuertos, en las calles… Siempre estoy esperando ver a alguien doblar la esquina con un pote de cotufas. Pero no, nada de palomitas, de hecho la mayoría de los que aparecen del otro lado de la calle van con un vaso gigante de plástico cargado de algo como “café frío + sirop de caramelo asiático + crema chantillí orgánica del Salvador + chispitas húngaras de colores sin amarillo número 5 + nopuedocreerquenoseamantequilla, sin hielo” o, si ya son más de las 6 de la tarde, una de esas bolsitas marrones, de papel, que lleva alguna hamburguesa súper barata y súper especial, la hamburguesa del verano seguramente.

    Bueno, en cualquier caso, tengo varios días para estudiar más a fondo este asunto aromático, por ahora: estoy en Denver.

    Primer vuelo
    Llegué aquí luego de tomar dos aviones bastante normales. El primero fue Caracas-Dallas, un vuelo de 5 horas en las que no dormí casi, aun cuando lo necesitaba porque la noche anterior me había ido a “Por el Medio de la Calle” sin haber hecho maletas, por lo que me tocó hacer todo al regresar. Por cierto, como nota de vida les recomiendo anoten que hacer maletas con 3 botella de vino de manzana encima es garantía de que olvidarán algo como su chaqueta, sus guantes y sus bufandas y, si el plan es visitar la nieve, PUEDE, pueeeeede, que le hagan falta esas cosas.

    En cualquier caso, el hecho es que aun con ese maratón encima, en el avión solo logré dormir unos 20 minutos, que por su puesto fueron exactamente los 20 minutos en los que se sirvió el almuerzo… Vamos, lo que llamamos un ciclo de sueño oportuno. Este vuelo fue casi nulo, CASI, pero no, el destino (o la aerolínea) me tenía reservada una compañera de puesto bien especial.

    La señora llevaba el pelo corto, oscuro, sobre los hombros con un corte completamente recto, igual que la pollina que era un poco bombacha. Llevaba una camisa blanca de botones brillantes, como perlas, debajo de una chaqueta negra que, si no tenía hombreras, se mantenía sospechosamente recta y tiesa. De donde yo vengo este tipo de vestuario antecede a un sólo título: Directora de Colegio de Monjas/Curas.

    Interrumpiendo un silencio demasiado disciplinado, la señora llegó a hablarme por unos 5 minutos, 5 minutos en los que no logré entender si hablaba español o inglés, principalmente porque sólo señalaba cosas y hacía preguntas inteligibles con sonidos como: Hmmm?! Aaah?! Eeeh?! Yo quería contestarle, se los puedo jurar, de hecho estaba desesperada por contestarle, pero me daba demasiado miedo equivocarme porque creo (y digo creo porque no me atrevo a asegurar nada sobre esta señora) creo que estaba brava, pero brava como esa gente que está molesta con el mundo entero y todo lo que lo conforma: las aeromozas, el ruido de las turbinas, el que se tarda mucho en el baño y, particularmente, molesta con una lata de pepsi que descansaba inocentemente en el asiento que nos separaba. Yo llegué a sospechar que el refresco lo había pedido para mi, mientras dormía, como en un acto de bondad por haberme perdido el almuerzo, pero aun así no me atreví a preguntar y luego de que la señalara con rabia por segunda vez procedí a tomármela, sin sed ni hambre, solo con algo de miedo.

    Si están pensando que tal vez la señora era muda o hablaba otro idioma, se equivocan. Podía hablar perfectamente y lo sé porque, luego de 5 horas de vuelo, decidió hablarme en la lengua que compartimos para decirme: "soy de Valencia ¿y tú?", "del planeta tierra" debí haberle contestado, pero me contuve (tenía miedo de que me pusiera una notificación o mandara a llamar a mis papás) Pero en fin, me bajé del avión y no supe más de la profe.

    Segundo vuelo:
    Si efectivamente en Texas todo es “bigger and better”, el aeropuerto de Dallas es una excelente carta de presentación y punto de bienvenida. El área de migración está compuesta por más de 40 casillas y es una sala gigantesca en la que me atrevo a calcular caben más de dos mil personas. En esta particular ocasión éramos unos 200 pasajeros nada más, pero contra 5 oficiales, así que luego de unos cortiiiisimos 45 minutos de cola, tuve que correr baste para lograr hacer a tiempo la conexión.

    El aeropuerto está dividido en 5 áreas gigantescas que se conectan con un sistema de trenes así que no es cosa fácil hacer transferencia, especialmente cuando vas del sector C al A y al llegar te enteras de que el vuelo fue cambiado al E. En medio de la carrera, tomando los trencitos respectivos, empecé ya a reír sola buscando un puesto de cotufas en alguna parte.

    Yo estaba en un modo extrañamente calmo, la señora del primer vuelo no había logrado sacarme de él y la verdad es que ni me paré a ver mucho de lo que pasaba alrededor. Seguramente por eso fue que no me enteré, hasta tener ya 20 minutos volando, que ese vuelo había salido con retraso de 1 hora, y que ese retraso se debía a que por Denver había pasado no uno, sino 5 tornados esa tarde y el aeropuerto había sido cerrado ¿Cómo me enteré de esto? Porque el tiempo empezó a ponerse feo y se me ocurrió comentárselo a mi nuevo compañero de vuelo, quien me puso al día con las noticias. Entonces, la misma semana en la que se cayó un avión que sigue sin aparecer, me monto en uno que va atravesando una lluvia y me dicen que horas antes, por allí, hubo una tormenta y un tornado… Buen vuelo eh!

    Ahora, lo tonto del asunto es que ¡de hecho fue un buen vuelo! Uno en el que hice un nuevo amigo (muchísimo más de lo que puedo decir del anterior) pues el chico que volaba a mi lado era un “denveriano” que regresaba a casa luego de vacaciones familiares en Cancún. Este muchachito de 19 años fácilmente podría ser una de las personas más interesantes que he conocido, de esas que en medio de cuentos casuales suelta cosas como: “yo soy adoptado, por eso estoy en contra del aborto”, y con toda naturalidad sigue hablando de algún programa de tv o de un político local, mientras uno se queda intentando procesar la importancia de lo que te acaba de decir.

    Luego de hablar casi 2 horas nos dimos cuenta de que no nos habíamos presentado. “Ariana” digo yo lo más lento posible. “Erriana” responde él, que se ríe y dice: mejor te deletreo el mío. Con esa antesala me preocupo y agarro un bolígrafo para tomar dictado, esperando algo como: “Rupert Alporto” o “Sherezado Allmighdity” y entonces empieza:
    J…
    ...O
    E…




    - Aja?, pregunto yo
    - That’s it, responde él

    Joe, ese el nombre que necesitaba ser deletreado. Yo me río como él hizo con el mío y entiendo que hice un nuevo amigo. Joe es de la gente que te recuerda que hay que andar con los ojos abiertos y los oídos dispuestos, hay personas interesantes en todas partes.

    I’m oficially in Denver!
    Solo 2 horas de vuelo con poca turbulencia me llevaron a Denver.

    8:00 pm: es más tarde de lo planeado ¡Pero estoy emocionada y lista para la acción! Tan lista y tan emocionada que tomo el autobús equivocado y me voy a un hotel que no es el mío.

    9:30 pm: de regreso en el aeropuerto pagando 20 dólares por un autobús hasta el centro ¡Pero no importa! ¡Seguimos emocionados y listos para la acción! O no. Finalmente mi cuerpo se rinde y caigo dormida en el Shuttle.

    El Shuttle es un servicio genial, una “van” en la que se montan hasta 10 personas que salen del aeropuerto a puntos distintos y a cada uno lo deja en la puerta del lugar a donde va, pagando menos de la mitad de un taxi; claro, tardas más en llegar, pero en estos casos es o el apuro o la cartera. Y para viajar tan organizadamente como lo hago yo… Hay que escoger la cartera.

    En fin, el chofer me despierta al llegar y allí están mis tíos esperando: la gente más paciente del mundo, yo me habría ido a cenar sin mi misma… Así de organizada soy.

    Hasta aquí este primer reporte, mañana espero contar un poco más de esta tierra de rubios, tiendas gigantes y olor a cotufas.

    Hablamos pronto

  5. Fecha original: 14 de abril de 2009, publicado en:
    http://www.facebook.com/home.php#/note.php?note_id=80429442958

    Recorrido: Escape de Bogotá
    Status: completado (aún no sé cómo)

    Misión: Abandonar Bogotá, nada fácil. Creo que tiene que ver con que ninguno de nosotros quería irse.

    Nuestro vuelo salía a las 3 y teníamos que estar en el aeropuerto a las 2, así que teníamos medio día más de disfrutar la ciudad ¡Wujú! Pero, lamentablemente, Andrés Carne de Res tuvo su efecto sobre nosotros y no logramos levantarnos a la hora proyectada.

    Con el tiempo bastante recortado salimos entonces a hacer una compra urgente. Resulta que Venezuela DECIDIÓ que ya no iba a importar más la medicina para la tensión de mi abuela, total ¡Ni que la tensión fuera importante! Entonces me escribieron urgente de allá para que la comprara.

    Dato interesante: 2 días antes de irme a Colombia mi banco anunció que, debido a que Cadivi no le había pagado sus dólares, las tarjetas de crédito no funcionarían en el exterior, excepto para gastos médicos, comida y hotel. (El comunicado cerraba con algo como: y feliz Semana Santa para todos, Ja! Y una foto de Nelson el de los Simpsons)

    Entonces, me tocó viajar con dólar paralelo (traducción: pelar bolas) y por eso no pude comprar nada, pero con el tema de las medicinas pensé: ¡Qué afortunada, esto es un gasto médico! ¡La tarjeta sí pasará! Y me fui, inocente como todo venezolano en el exterior, a pasar mi tarjeta.

    Obvio que no pasó, sino no sería una historia digna de reportarse.

    Primero, la medicina era imposible de conseguir. Después de recorrer varias farmacias logramos encontrarla en Farmatodo (sí, también se está apoderando de Colombia) y resultó ser la medicina más cara del mundo entero. Yo ya estaba en el dolor y no tenía efectivo para comprar varias cajas así que nos tocó correr al hotel a buscar Bolívares, buscar Dólares, buscar hasta las birutitas de las monedas o de cualquier otra cosa que pudiéramos cambiar por pesos! (Adiós regalos de Albert, Harold y Marli)

    Logramos conseguir el dinero, regresamos a Farmatodo, compramos las cajas, corremos a comer, terminamos de comer, tomamos un taxi hasta el hotel, llegamos, nos bajamos 4 y se queda Anabella, buscamos las maletas, regresamos, llamamos a un segundo taxi, el segundo taxi llega, me volteo y el segundo taxi se escapa (no se de quien ¡Supongo que de mí!) llamo a un tercer taxi mientras Dani y Ana escapan en el primer taxi (todos escapan Dios!) llega el tercer taxi y ahora escapamos Claudia, Oliver y yo.

    Fiuuu... Aliviados, todos suspiran dentro del taxi. Lo logramos.

    Entonces mi papá me manda un mensaje: "Ya conseguimos la medicina de tu abuela ¡y muy barata! No la compres"

    .....
    ........
    Ariana respira, no grites, no te desesperes. Todo pasa por una razón....
    ¡¡¡La razón de joderte el día!!!
    ........
    ......

    En fin, seguimos:

    Llegamos al aeropuerto, queda 1 hora para el despegue pero Dani y Ana nos esperan en la entrada del aeropuerto con cara de: oh-oh

    A Dani se le quedó el bolso en el taxi, con celular, dinero y PAPELES

    Oh-oh

    Ariana dice: ok, vamos a entrar a hacer el check-in y tú, Dani, quédate aquí, que el taxista va a regresar con tu bolso, ya vas a ver!

    Eh...
    No lo vio

    Conclusión interesante #5: Es sólo en Barcelona en donde se recuperan los bolsos.

    Entonces mientras Dani y Ana esperan afuera, venezolanos inocentes, de nuevo, yo hago el check-in. Adivinen que... El boucher de Anabella se desprendió y así no puede viajar porque la aerolínea, UNA AEROLINEA DEL SIGLO XXI, no tiene registro digital de los boletos.

    Si ¡AJA! Lo que querían era que compráramos otro pasaje. Entonces, de paso, ese gran personal empieza con el cuento: vaya pa' servicio al cliente, ahora vaya a tickets, ahora vaya a la entrada. Lo único que nosotros teníamos claro era a donde queríamos mandarlos a ellos.

    A demás, todo esto bajo la premisa de: Que pena niños, pero ustedes si saben que el vuelo sale en 10 minutos????? Tienen que subir ya!!! Corran!!! Lo pierden!!! Ellos no sabían lo cerca que estaban de perder sus propios dientes

    Bueno, a todas estas Daniel propone que nos vayamos nosotros y él se quede en Bogotá, sin papeles, con Ana, sin pasaje. Tremenda idea.

    Dios aprieta, pero no ahorca, y el boleto de Ana apareció, doblado, casi picado y algo derretido pero logramos hacer el check-in.

    ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡CORRAN!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

    Corremos, llegamos a la puerta de salida y entonces..... Y EN-TON-CES:

    "Pasajeros del vuelo No xn2654dedla54c42aldhap263, con destino a Cúcuta: Debido al mal tiempo este aeropuerto ha sido cerrado y su avión desviado a Medellín, por lo que tendremos un leve, leve, retraso."

    …Tú me tienes que estar jodiendo.

    Ni siquiera yo tengo la imaginación necesaria para inventarme un día tan demente.

    Luego de 2 horas de esperar en el piso, 2 horas de esperar al lado de un niño que NUNCA dejó de cantar: "Sooooooola, soliiiiiiiiiiiiiiiiiita, caaaaaaaaaaaaae la lluuuuuuuuvia, soooooooobre el piiiiiiso con muuuuuucha soltuuuuuuuura", nos logramos montar en lo que sería el vuelo más diabólico que ser humano haya sobrevivido.

    Ni siquiera quiero hablar de la turbulencia, de que nunca quitaron la señal del cinturón de seguridad, de como si volteabas podías ver como los sobrecargos (porque se llaman así y no azafatas) abrazaban sus asientos con terror. Mucho menos quiero hablar del momento en que se apagaron todas las luces y se encendieron solamente las de la salida de emergencia y entonces de una vez me salto la parte del aterrizaje con la punta del avión en lugar de con las ruedas.

    Pfff.... Menos mal me salte todo eso.

    Pero ya va, que no termina!!! Llegamos a Cúcuta y como no hemos aprendido nada de este viaje, convencemos a una taxista para que nos lleve a los 5, con las 5 maletas, en su mini carro, por 12 pesos. El señor dijo que sí. Debía estar loco.

    No, loco no.
    BORRACHO!!!!!!!!
    ¡Se los juro! ¡Borracho!

    Me duelen los dedos así que sólo contaré lo último de tantas cosas que nos dijo:

    Estábamos a una cuadra del hotel y por alguna razón la conversación se desvió al tema de las toninas (sí, las toninas son un tema) y entonces Dani dice: "las Toninas son delfines periqueados" a lo que inmediatamente el taxista responde: "Ah sí, en esta casa venden perico."

    WTF #150 !!!!!!!

    Aja, otra sorpresa del hotel Tercera Avenida (sí, nos volvimos a quedar allí) en la casa de al lado venden drogas.

    Cállate. No aguantamos más, al día siguiente atravesamos frontera corriendo, casi que a pie y con las maletas sobre la cabeza.

    Amamos Colombia, de verdad, pero no hay quien aguante tanto. Hay que dejar cuentos para la próxima visita vale.

    Bueno, eso es todo, de allí a San Cristóbal, en donde sigo, y hoy para Caracas. Daniel tendrá que ver cómo resuelve el problema de sus papeles porque, por salir sin cédula, queda en sistema como si siguiera allá. Tal vez tengamos que regresar antes de 30 días para resolver eso. Si es así tendremos que descansar bien antes... Y llevar una laptop esta vez, escribir en teléfono no va.

    Fin del viaje
    Gracias por acompañarnos.


    P.D. Como verán, Albert, Harold y Marli, no es que no les haya comprado nada, es que tuve que venderlo para salvar a mi abuelita!!!!! Espero comprendan...

    PD2 Harold esto no te autoriza a no traerme nada de NY oíste??? Te veo las intenciones!

  6. Fecha original: 12 de abril de 2009

    Recorrido: El centro de Bogotá
    Status: Me perdí, nada bien

    Antes de contar lo que tengo que contar, quiero aclarar algunas cosas importantes.

    Bogotá es bellísima, es una ciudad moderna, ordenada, segura, limpia, muy bonita para visitar o incluso para considerar pasarse un tiempo estudiando o trabajando. De hecho, escribo estando echada en un parque, pasando la tarde con Claudia, Oliver, Anabella, Daniel, Oscar, Luismi y Alejandro (los nombré a todos, déjenme en paz ya)

    ¡Pero! También es una ciudad con mucha pobreza. Es muchísimo más grande que Caracas pero yo diría que la cantidad de zonas pobres es proporcional. La cosa va así: imagínense a Caracas plana, del doble de tamaño y con la mitad de la cosa parecida a Chapellín mientras que el resto de la vaina es como Chacao. ¿Lo ven? Bueno, es así

    El hecho de que sea una capital que alberga pobreza pues implica que pasen cosas "a lo caraqueño", como personas pidiendo dinero o a veces sentir la necesidad de abrazar fuertemente tu cartera… Sentirse como en casa pues.

    La cosa es que en nuestro segundo día en la ciudad decidimos ir a visitar el centro histórico, en donde están los edificios más importantes como el Museo de Botero, la Catedral, el Ministerio de Cultura, la estatua a Ariana, ups!!! Esa todavía no la han construido pero falta poco!

    Dato importante: la peque tiene un collar finísimo que tiene un cubo de Rubick como colgante. Dato importante 2: Oliver y yo estamos imposibilitados genéticamente para alejarnos de uno de esos cubos sin haberlo resuelto.

    Entonces, estamos caminando por el centro, todos ven los edificios, las tiendas, las calles y yo: intento resolver el desgraciado cubo. Llegamos a la Plaza Simón Bolívar, la más importante de la ciudad, y el cubo del infierno se cae al piso y se parte.... ¡¡¡¡Estúpido cubo del infierno!!!!! Yo como boba me agaché a recoger la pieza desprendida. Sorpresa: la pieza se perdió para siempre y cuando me pare no volví a conseguir a mis amigos más nunca.

    Bueno, me encontré entonces perdida en la plaza, frente a la Catedral, que estaba totalmente repleta por ser Semana Santa. Cuando uno se separa de su grupo la solución lógica es la que te enseña tu mamá: quédate quieta que nosotros te conseguimos. ES ASÍ, al final ellos son 8 ojos buscándote.

    Lamentablemente ninguno de esos 8 ojos me vio.

    ....
    .......

    10 minutos sola: "¿qué se va a hacer? Ya vendrán por mí, mientras tanto tomo fotos de los edificios, demasiado imponentes, y de este montaje INCREÍBLE en memoria de las víctimas de la guerrilla. Ya vienen por mí, no hay nada que temer."

    20 minutos sola: "¿Esta gente se habrá dado cuenta de que les falta una pelirroja? Estoy en el centro de la plaza, me voy a soltar en pelo a ver si así es más fácil verme"

    30 minutos sola:
    - Me voy a amarrar el pelo, estoy aburrida. Qué pasa con esta genteeee?!!! Wou que bonito el bolso de esa muchacha.... Creo que el color de la temporada es el azul brillante. Qué bonito sería tener un súper poder. ¿Yo dejé el gas abierto en la casa? ¿Dónde está esta esta gente? Cuando aparezcan los destruyo.
    - ¿Disculpe señorita me hace un favor?
    - No

    Wou, ¿qué pasó allí? Estaba parada aburrida, ostinada, sooola en una plaza llena de gente que te choca y entonces un señor se me acerca a pedirme un favor. Ni siquiera fue por ser mala, instintivamente dije no y di un paso atrás pero el al parecer el señor no esperaba respuesta y siguió hablando.

    - Es que mi hijo se echó al piso y no quiere pararse y tengo que entrar a la iglesia a buscar a mi esposa
    - No, disculpe, de verdad no puedo (paquete chileno style, no gracias)
    - Es que él es sordo mudo y no puedo levantarlo
    - Entre a buscar a su esposa, yo lo cuido, no se preocupe
    - Pero por favor no vaya a dejar que se levante, puede salir corriendo

    No tienen idea de que niño tan hermoso y divertido, y de lo molesta que estaba conmigo misma por no haber estudiado lenguaje de señas cuando pude. En fin, un niño maravilloso, que estaba tripeando un kilo dándole maíz a las palomas y por eso no quería pararse. De todas formas estaba nerviosa, evidentemente era una situación rara, lo bueno es que la plaza estaba llena de policías y los tenía mentalmente ubicados a todos (resulta que sí tengo un súper poder: la súper paranoia)

    Como a los 5 minutos el señor aparece, sólo, y me dice: ah se llevan bien, que bueno, ¿no quiere llevárselo?

    ......
    ..........

    WTF indignada. Mal, muy muy mal, mal al nivel: el infierno espera por ti. Yo obvie el comentario asumiendo, y esperando, que fuera un mal chiste y entonces me pidió ayuda para levantarlo. Mientras lo intentábamos la propuesta volvió a surgir con comentarios como: usted es joven ¿tiene hijos? Debería llevárselo.

    No exagero cuando digo que esta es una de las cosas más tristes que me ha pasado. Resulta que la esposa del señor estaba parada frente a nosotros, un poquito lejos, así como viendo que pasaba.

    Yo me despedí y me fui cuando me di cuenta, fuera de chiste: así comienzan las historias que terminan mal. Entré a la catedral con las miles de personas que estaban adentro y me pare al lado de los policías peeero mi problema principal seguía vigente: Estoy sola y aquí adentro jamás me van a conseguir.

    45 minutos sola: me llega un mensaje de texto de Daniel: ¿Dónde estás?

    Stop

    Cómo, cómo, cooomo no se me ocurrió que TENEMOS CELULARES?!!! Nooooo

    Bueno, le contesté y lo llame, a él y a todos los demás, pero no funcionó, al parecer la única que recibía era yo (arriba Movistar) así que tuve que salir a la plaza de nuevo. Y allí estaba Oliver.

    ¡Por fin!

    Bueno, allí me uní al grupo pero estaba al borde de un ataque de nervios así que lo primero que hice fue caerles a gritos y luego llorar sin mayor explicación. Pobres, tenían 40 minutos también buscándome. Claudia me abrazo y ya. Estas cosas pasan.

    Pero no deberían, un niño con una discapacidad no debería ser visto como un paquete, unos padres nunca deberían llegar a la desesperación tan extrema como para querer entregar a un hijo, A UN EXTRAÑO. Honestamente, yo soy una jeva paranoica loca pero en este caso específico creo que no era un intento de secuestrarme, sino todo lo contrario. En todo caso, está mal.

    Si algo aprendes del viajar es que el mundo está hecho de personas diferentes y todos somos distintos, las personas con discapacidades también. Hay que hacer algo para colaborar con un cambio, aunque sea aprendiendo lenguaje de señas y haciendo más fácil y posible la integración de todos. La comunicación es vital y no podemos pensar: que vean ellos cómo resolver.

    Be the change.

    Ari

  7. Fecha original: 10 de abril de 2009

    Anoche salimos a la zona más fancy de Bogotá, la Zona T, a tomarnos algo es un local súper bonito estilo Irish Pub. Picamos demasiadas cosas deliciosas y cada uno se tomó como 4 cervezas divertidas de colores.

    ¿Cuánto pagamos por cabeza?

    Échele un número, ponga que estábamos en un Draft (NO HORRIBLE), con el caché de Hard Rock Café y el ambiente de Barrabar
    .....
    .......
    ..........

    60 mil bolos

    ....
    .......
    .........

    ¿Les parece barato verdad?

    ¡¡¡¡¡¡¡Pues los estoy engañando!!!!!!

    25 mil bolívares cada uno ¡VEINTICINCO MIL BOLÍVARES!

    ....Hasta aquí mi reporte, ahora a llorar

    Ari


    P.D. Mi trago favorito en Barrabar cuesta 35 mil, lloremos sin pena, lo merece

  8. Fecha original: 10 de abril de 2009

    Debo disculparme por no haber explicado cómo llegamos de Cúcuta a Bogotá. Por eso, he aquí el reporte número 2 1/2 del viaje.

    Tercer recorrido: Cúcuta - Bogotá
    Status: Completado, Aventura Bogotá en curso

    En Cúcuta sólo estuvimos de paso durante una noche, para recoger los boletos y tomar allí el vuelo a Bogotá pero es justo y necesario hablar del hotel en el que nos quedamos.

    Primero que nada acoto que pagamos 30 mil bolos, así que ya sabíamos que esperar. (aunque no deja de sorprender chico) El hotel era tan práctico que ni siquiera tenía nombre, o sea, quedaba en la tercera avenida y afuera en letras grandes rezaba justamente eso: Hotel de la Tercera Avenida. Vamos, que para qué nos vamos a poner creativos, los nombres pasan de moda pero las avenidas suelen mantenerse en su lugar.

    Pero en fin, llegamos a la recepción y pensé: “no vale, no es tan horrible, y nosotros somos guerreros vale! ¿Quién dijo miedo ah? Ah???”

    3 minutos después, al ver el baño, YO dije miedo, dije: “coño, mucho, mucho MIEDO!” Sé que ese baño me va a perseguir en pesadillas, ¡Y tengo fotos para demostrarlo!

    Tampoco es que era de esos sitios en los que no hay agua caliente, no… Aquí no había agua a ninguna temperatura y listo! Pero tranquilos: uno le avisaba al señor de la recepción y él iba a la parte de atrás a BOMBEARTE el agua (imagen mental graciosa)

    Ese es un tipo con él que no te quieres dar unas manos...

    Dato interesante sobre la habitación: al llegar me eché en la cama, en sostén, para pasar el calor. (no, esto no va a ser una historia sexy) Entonces Dani toca la puerta pero antes de que nadie pudiera preguntar quién era ya el carajo estaba adentro. Clau, Oli y yo nos vimos algo confundidos y entonces Daniel explica con naturalidad: Ah sí, estas puertas no cierran.

    WTF #2 ?!!!

    Pues con esfuerzo logramos que cerrara pero como esas puertas de la casa de uno, de las que se abren con un gancho. Esa noche dormí tranquila, oíste?

    Bue, nada, por la parte positiva la gente del hotel fue demasiado amigable, nos fiaron el agua, los refrescos y hasta la habitación porque llegamos sin dinero.

    Al día siguiente nos fuimos, en avión, como viaja la gente seria. Hotel-taxi-aeropuerto-avión-Bogotá. No hay anécdotas de este viaje (Conclusión interesante #4: la gente seria no se divierte)

    ¡Y listo! Empezó Bogotá, estoy segura de que suficientes cosas raras nos pasarán, por lo que pueden esperar más reportes.

    Abrazos!!!!
    Ari

  9. Fecha original: 8 de abril de 2009

    Segundo tramo: San Cristóbal - Cúcuta
    Status: Completado. He aquí como.

    ¿Por dónde empezar? ¿Alguna vez les han dicho que cruzar la frontera es un peo?

    Les mintieron

    Cruzar frontera y hackearle las páginas web al gobierno están mano a mano en Crímenes for dummies. Nadie te pide nada, nadie se entera de nada, nadie nada... El peo, por supuesto, es atravesar Venezuela para llegar hasta la frontera; un procedimiento que va más o menos así:

    Llegamos al terminal nuevo de San Cristóbal, tomamos un taxi al terminal viejo en donde nos esperaba Clau, llegamos, comimos unos sandwichs (conclusión interesante #2: En Táchira la mantequilla es barata) Allí tomamos nuestra nave para ir hasta Cúcuta: un Malibú como del 35, sin aire acondicionado, sin radio, yo diría que sin cauchos pero ya estaría exagerando.

    El viaje en taxi... El viaje en taxi es algo que uno quiere olvidar ¿saben? Pero cómo, si no son tantas las veces en las que he viajado con 2 colombianos indocumentados a los que la Guardia Nacional ha agarrado y llevado consigo..... (Conclusión número #3: mi mamá no me dejará viajar más nunca)

    Pues sí, éramos Oli, Clau, yo, el taxista y que si: Jairo y Juan Pablo. Luego de casi una hora sin aire acondicionado pasamos por la alcabala, ¿saben que es chimbo? Cuando alguien de los que va en el carro se asusta por una alcabala y luego DICE que no consigue su cédula. Sí, en serio, fue así. Para resumirlo Juan Pablo pagó su matraca mientras que a Jairo se lo llevaron y luego el radio que no servía: se encendió ¡¡¡¡¡¡¡Arriba la cumbia!!!!!!!

    Nah, nah, mentira, la cumbia iba alternada con Arjona y la quinta estación, así que yupyyyyy!!

    Más adelante empezó la sudadera. Nunca, nunca, nunca había sudado tanto como en ese momento, ni siquiera en Barcelona, pero no sabía si era por el calor o por saber que en cualquier momento el taxista podía desviarse por la ruta Secuestro Fronterizo 2009 y nosotros ni nos íbamos a enterar. De cualquier forma, no es buena idea hacer el viaje en manga larga negra con una faja con tu dinero debajo, recuérdenlo si algún día van a hacer esto.

    En fin, llegamos a Cúcuta, que es como Coro o Porlamar, ese estilo, como la Candelaria chico. Sabes que no estás en el centro pero tampoco puedes confiarte. (Is da hood, verdad Die?)

    Pues nada, ya a Oli, Dani y a mí nos fuñeron por ñeros (Traducción: que nos engañaron o estafaron por ser inocentes forasteros que no saben cómo funcionan las cosas) A mí me vendieron un pentdrive Kingstone de 8 Gb por sólo 50 bs. Claro, la calcomanía de "Kingston" venía mal pegada y tapaba la verdadera y prestigiosa marca: “Lía”. Cualquier vaina.

    A Oli le dieron billetes falsos, pero no se alarmen: luego yo los gaste en ropa interior colombiana (¡yes!) después de todo ese es el ciclo de la vida. A Dani, la peor víctima, le vendieron por milki (traducción: 1.500 Bs) una cachapa, que resultó estar rellena de: queso, mortadela y LECHE CONDENSADA.

    Hasta aquí este reporte, partimos al tercer recorrido

    Ari