Tenía tiempo sin publicar, así que lanzo ahora este manuscrito de unas 300 páginas, que he dividido en partes para quienes quieran ir poco a poco y regresar otro día. En el menú de la izquierda es fácil ubicar todas las partes.
No estamos solos
Mi amiga y yo llevamos nuestros salvavidas naranjas puestos, estamos sentadas una frente a la otra en la lancha, esperando cerca de la orilla a que arranquemos a ver las ballenas que se encuentran en mar abierto. Conseguimos que nos llevaran a las dos por el precio de una, así que sonreímos victoriosas y esperamos tranquilas.
Le preguntamos entonces al guía:
- ¿Vamos solas?
- No, como creen, ahora sube un grupo; responde el señor que inmediatamente le grita a otro en la orilla, ¡¿Cuántos son?!
- Once
- ¡Once es mucho! Once no caben.
- Que sí hombre, si caben.
- Bueno, pero voy al máximo; cede así el hombre que mantiene la cara toda fruncida.
Y entonces, de la nada, de la tranquila playa fuera de temporada, una horda de gente corre a la lancha y se monta por todas partes en ella. Hombres, mujeres, niños, niñas, bebes que van en los brazos de otros… Parece que salen por debajo de los motores y se encaraman por los bordes.
El hombre de la orilla le grita al guía y lo distrae, guía que está demasiado confundido como para entender que el hombre de la orilla le grita para distraerlo. Le ofrece montar a tres más pero el guía se mantiene firme y le asegura que la lancha no aguanta a más de once. Voltea así de regreso a la embarcación, en la que ya están todos sentados, con los salvavidas puestos y ajustados, viendo al cielo y silbando: aquí no ha pasado nada.
El guía arruga la frente y estira los labios hacia un solo lado de la cara. Hmmm… Espera. En voz alta empieza a contar al nuevo grupo: 2, 4, 6, 8… 10... 12… 14… 16… 18 PERSONAS NUEVAS van a bordo.
- Me engañaron, dijeron que eran once
- Aaay señor, los niños no cuentan; responde uno de los sabios padres
- Cuentan si se ahogan, le apuñala el guía.
…..
Touché
Sí, el guía gana la discusión; pero igual voltea y arranca la lancha con sus veintidós pasajeros a bordo.
Venezolanos del mundo, no estamos solos: bienvenidos al Ecuador.
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